Fundamentales para el posicionamiento de los resorts, los clubes de golf se adelantan a la normativa en materia ambiental implementando sistemas de riego más eficientes y eliminando productos químicos del mantenimiento del césped. Adicionalmente, ofrecen cada vez más opciones para adaptarse a las necesidades de sus jugadores y consolidar este deporte como eje de una industria turística de gran peso económico. Estas fueron algunas de las conclusiones del Arum Talks con el que Arum Group cerró 2022. Un interesante diálogo que seguramente abrirá muchas oportunidades para hablar sobre los desafíos del sector.
Con la moderación de Mª Acacia López-Bachiller, ex Jefa de prensa para el European Tour, se reunieron Pablo Muñoz, Director de Surtec Golf Agronomy y especialista en sostenibilidad ambiental en golf; Brendan Breen, Director de Abama Golf & Tennis y Director de Ventas y Marketing de Abama Hotels, y Alicia Garrido, Directora de Deporte & Business, organizadora del Solheim Cup.
El encuentro, titulado “El impacto económico, social y ambiental de los resorts de golf en España” permitió conocer el alcance de esta industria en España. El CEO de Arum Group, Jesús Abellán, recordó que el turismo de golf representa un 0,5% del PIB y genera 121.400 puestos de trabajo directos e indirectos. Se trata de un sector que atrae a 1,2 millones de extranjeros al país ibérico. Turistas que, a diferencia del viajero convencional, se plantean hacer inversiones inmobiliarias para asegurarse una vivienda en cualquier época del año. Los datos, extraídos del último informe sobre el impacto económico del golf, elaborado por IE University para la Asociación Española de Campos de Golf (AECG), confirman el buen momento de los resorts como espacios de esparcimiento y bienestar en un entorno cerrado y seguro.
De hecho, la gran mayoría de los propietarios de las villas y apartamentos en Abama Resort Tenerife son asiduos practicantes de golf. Para Brendan Breen es significativo que desde finales de octubre hasta mediados de abril se viva una temporada intensa en el campo, dado que son los meses más fríos en el norte del continente y los jugadores encuentran aquí condiciones idóneas para hacer prácticas al aire libre. De este modo, el turismo se distribuye a lo largo del año y no se concentra únicamente en los meses de verano.
También llama la atención el nuevo perfil del golfista. Ya no se trata únicamente de hombres en edad de jubilación, sino de profesionales en activo que viajan con sus parejas e hijos, un segmento familiar que invierte en gastronomía, compras y ocio dentro y fuera del resort.
“El turista interesante en los eventos de golf y particularmente en los femeninos se encuentra en las familias. Por ejemplo, la comunidad de Andalucía calculaba unos 235 millones de euros de ingresos por la Solheim Cup que se celebrará en septiembre de 2023, pero ya hemos superado esa cifra. Solo este año, Finca Cortesin, sede del certamen, ha recibido 40 grupos de mujeres golfistas provenientes de Estados Unidos, Canadá, Sudáfrica… Son deportistas que ayudan a visibilizar el destino a través del evento”, explicó Alicia Garrido durante la Arum Talks.
Céspedes sin fertilizantes químicos
Además de un entorno atractivo, los campos de golf son espacios que velan por la sostenibilidad. Pablo Muñoz destacó que a partir del segundo semestre de 2024 no se podrán usar productos fitosanitarios para el cuidado del césped, pero muchos clubes de golf como Abama se han adelantado a la normativa implementando sus propios sistemas orgánicos. Mediante el reciclaje de los residuos vegetales generados en diferentes puntos del resort, se fabrica humus rico en nutrientes que contribuye a la salud de las plantas. Así mismo, el riego con agua depurada garantiza una optimización de este recurso.
“En España las fincas pasaron de tener superficies de 40 o 50 hectáreas regables a proyectos de 20 hectáreas. Es una alternativa mucho más sostenible para ahorrar costes de agua que se complementa con recorridos que requieran menos hierba. Ya está comprobado que el verde de pared a pared es insostenible”, remarcó Pablo Muñoz.
Llegados a este punto del diálogo, el Arum Talks puso el foco en el diseño de campos de golf para poner en valor las nuevas tendencias. “Hay presión de turistas y federados para cambiar el modelo de 18 hoyos, no solo en invierno por el tema de la luz sino también por el tiempo invertido. Ahora hay torneos de 12 hoyos y cada vez hay más peticiones de 9 hoyos”, explicó Breen. A lo que Garrido añadió que los “diseñadores deberían pensar en que los hoyos 1, 7 y 14 estén más cerca de la casa club para hacer distintas combinaciones de juego”.
Finalmente, los invitados hicieron hincapié en que el impacto en el entorno también forma parte de la sostenibilidad porque se puede privilegiar la proximidad al elegir proveedores locales, organizar actividades sociales que involucren a organizaciones gubernamentales y no gubernamentales y fomentar el empleo entre los habitantes más próximos a los clubes de golf. Una estrategia de economía circular altamente rentable para el campo de golf que quiera destacar en el siglo XXI.