La inversión en activos que demuestren un menor impacto ambiental será clave este año según el informe Tendencias en el mercado inmobiliario en Europa 2024. El estudio, elaborado por los expertos del Urban Land Institute y la consultora PwC, entrevistó a 1.089 directivos del sector y constató que, pese a la incertidumbre económica que sobrevuela el continente, las cuestiones relacionadas con la sostenibilidad y el cumplimiento de los criterios ASG (ambiental, social y de gobernanza) afectan todos los aspectos de la industria, tanto a corto como a largo plazo.
La aplicación de medidas de descarbonización en la construcción preocupa por sus costes y falta de mano de obra especializada, pero hay un consenso en el 90% de los encuestados en cuanto a la importancia de llegar a 2050 con los “deberes hechos” ante la normativa europea. En este sentido, toma fuerza la idea de modernizar edificios ya construidos para que se adapten a los requisitos ambientales (62% de los encuestados) en vez de iniciar nuevos proyectos (43%).
Además, la mayoría de los directivos considera que la sostenibilidad no es un trámite, sino un valor añadido a sus negocios inmobiliarios. El dato es llamativo porque es la primera vez que este estudio confirma el aumento de la presión colectiva de inversores institucionales, prestamistas, compradores e inquilinos para acelerar la aplicación de medidas ambientales medibles y concretas.
Movimientos lentos
En el informe se evidencia una notable preocupación por el conflicto entre Israel y Gaza y la prolongación de la guerra en Ucrania. Este telón de fondo geopolítico se suma a la ya delicada presión de la inflación y el aumento de los tipos de interés. Si 2022 y 2023 fueron años de cautela, 2024 se presenta con un moderado optimismo ante el posible repunte de beneficios, sin olvidar el coste de la deuda, los crecientes costes de construcción y los riesgos latentes de las grandes inversiones.
La recesión es una «preocupación realista» para la mayoría de los entrevistados que prefieren confiar en un crecimiento lento. En este contexto, las grandes economías de Alemania y el Reino Unido son las que más dudas generan en cuanto a grandes inversiones.
El estudio se pregunta dónde y cómo se distribuirán las inversiones inmobiliarias y la conclusión es que los promotores quieren apostar por capitales que ya ofrecen liquidez pese a que puedan suponer altos riesgos, como Londres y París pero no descartan invertir en ciudades con importantes tasas de crecimiento como Madrid, Milán y Lisboa.
Con esta perspectiva global, el informe ‘Tendencias en el mercado inmobiliario en Europa 2024’ deja claro que la recuperación de la actividad no será tan rápida como se esperaba, pero que se darán pasos firmes en temas de alto impacto social como la sostenibilidad. Todo un reto para la promotora inmobiliaria que pretenda destacar en la búsqueda de nuevos inversores.