Gracias a su capacidad de dar respuesta a los hábitos de los consumidores, el sector inmobiliario está desarrollando viviendas en campos de golf que permiten a sus propietarios disfrutar de este deporte en cualquier época del año. El auge empezó en 2020, durante la pandemia, cuando muchos clubes de golf exclusivos, sobre todo en Estados Unidos, vieron cómo se multiplicaba el número de aficionados y tuvieron que abrir listas de espera de años para admitir nuevos socios. La demanda generó una necesidad y las promotoras aportaron una solución: productos especialmente diseñados como segunda residencia.
Según un informe de Henley & Partners, el golf es la afición favorita del 54% de los 25.490 centimillonarios del mundo, seguido del coleccionismo de arte y del ciclismo. Para esta población, la posibilidad de contar con una propiedad con acceso directo al campo es mucho más que un capricho, es una inversión de largo alcance. Así lo han entendido los grandes desarrolladores y prueba de ello son los proyectos recién inaugurados o en marcha.
Variedad de localizaciones
Las pistas de esquí Andermatt Sedrun, famosas por ser las más grandes del centro de Suiza, cuentan con un campo de golf que, en un principio, estaba diseñado para prolongar la temporada de montaña, pero ahora se reinventa con un macroproyecto de 42 bloques para 1.500 viviendas. Las de dos dormitorios cuestan 1,9 millones de francos suizos y han sido todo un éxito entre compradores que esperan jugar sin límites. En las Maldivas se proyecta un nuevo campo de golf para el Baccarat Hotel & Residences, un complejo turístico que abrirá sus puertas en el sur de Malé en 2027 con propiedades a la venta a partir de 4,75 millones de dólares.
Estos productos también pueden ser vistos como una oportunidad de inversión pues cada vez es más frecuente encontrar propiedades con opción de alquiler vacacional. Tal es el caso del resort Grand Hyatt La Manga Club Golf & Spa, situado en Cartagena, España. Este complejo deportivo con tres campos de golf y 52 años de trayectoria cuenta con más de dos mil viviendas de uso residencial. Su proyecto más novedoso es un bloque de 42 apartamentos, disponibles a partir de 365.000 euros, con la posibilidad de obtener ingresos por alquiler vacacional.
En la isla de Tenerife, al sur de España, Abama Golf ofrece un trazado desafiante y unas vistas espectaculares sobre el océano. Este campo forma parte de Abama Resort, un complejo con restaurantes, SPA, piscinas, pista de tenis y acceso a la playa, entre otras muchas prestaciones para huéspedes y propietarios en distintas modalidades inmobiliarias. Su proyecto más reciente es un conjunto de apartamentos amueblados que pueden adquirirse a partir de 1’020.000 euros y dejar a disposición de una empresa de gestión hotelera para el alquiler a turistas.
Los campos de golf venden inmuebles
Ya sea en estaciones de montaña, desiertos o islas tropicales, los nuevos complejos de golf aprovechan el resurgimiento de este deporte entre todo tipo de jugadores. Según el Royal and Ancient Golf Club of St Andrews, en 2023 se contabilizaban 39,6 millones de golfistas en el mundo (sin incluir USA), es decir, 10 millones más que en 2016. Capítulo aparte merece Estados Unidos, país en el que se pasó de 24,2 millones en 2018 a 26,6 millones en 2023, la cifra más alta en una década, según la National Golf Foundation (NGF).
Discovery Land Company, especializada en el desarrollo de comunidades exclusivas, confirma que “los campos de golf vacíos venden inmuebles” porque los compradores buscan el privilegio de jugar sin competir por horas de salida ni soportar rondas lentas. Se trata de una ‘propuesta única de venta’ irresistible para el propietario y un valor añadido para la vivienda.
Como expertos en el desarrollo de resorts, en Arum Group estamos convencidos de que incluir un campo de golf no es un “añadido” que deba cumplir requisitos mínimos, sino todo lo contrario. El jugador busca estética, reto deportivo, paisaje, infraestructura, estrategia de sostenibilidad y servicios complementarios que le animen a venir a lo largo del año. El deporte como atractivo y gancho para la venta de viviendas en campos de golf es un aliciente, pero también el motor de los resorts de lujo que proyectan bienestar, prestigio y privacidad.
