Comprar una propiedad de lujo amueblada y rentabilizarla mediante el alquiler vacacional es la mejor manera de invertir en resort. Así lo han demostrado mercados como el asiático o el estadounidense y la tendencia se instala poco a poco en Europa. Bajo el concepto Branded Residences, prestigiosas marcas hoteleras se hacen cargo de la gestión de la propiedad como parte de su catálogo, a la vez que el propietario puede disponer de su vivienda en diferentes épocas del año.
El tema fue debatido en The Resort & Residential Hospitality Forum (R&R), evento especializado en el sector, que se llevó a cabo en Algarve, Portugal del 17 al 19 de octubre. La mesa titulada “Branded Residences: el nuevo imprescindible en los desarrollos para el esparcimiento” contó con la presencia de Toni Candini, director de expansión y desarrollo de negocio de Arum Group. En el debate también participaron Daniel von Barloewen, vicepresidente de desarrollo residencial del grupo hotelerto Accor y Brett Gregory-Peake, socio de la consultora internacional Liaison.
Bajo la moderación de Philip Bacon, director de la agencia Horwath HTL, los ponentes estuvieron de acuerdo en que el sector de Branded Residences está enfocado a un segmento de mercado con alto poder adquisitivo. Y es que, desde el punto de vista del inversor, el coste de los servicios Premium asociados a este producto no son asumibles a una mediana escala o, por lo menos, no por ahora. Las grandes marcas hoteleras que lideran la oferta se enfocan en el sector de lujo pero no descartan encontrar una fórmula híbrida que permita una apertura hacia nuevos mercados o nuevas demandas.
Por el momento, la gran preocupación de los especialistas en España es la disparidad de legislaciones tanto a nivel europeo como por comunidades. El tiempo de permanencia del propietario en una vivienda destinada al uso turístico es tan solo de dos meses en la Costa del Sol pero puede llegar hasta los once meses en Murcia. “Esta diferencia viene heredada de la difícil convivencia que siempre ha existido entre el uso turístico y residencial en los principales destinos turísticos. No hay un criterio común”, explicó Toni Candini durante su intervención en el evento.
Otra dificultad para la implantación de las Branded Residences en el master plan de un resort es el recelo que muestran algunos fondos de inversión y la misma banca debido a la poca información disponible sobre este nuevo producto inmobiliario. Todo un reto en términos de divulgación y pedagogía para entender el alcance del turismo residencial. No obstante, el impulso de grandes marcas como Marriott, Four Seasons y Accor Hotels abre un mundo de posibilidades a este nuevo nicho de mercado que, pese a los obstáculos que pueda encontrar, cuenta con la gran ventaja de que puede desarrollarse en destinos turísticos poco masivos con suelos disponibles.
Otra de las ventajas es que desde el punto de vista del cliente, resulta muy atractivo poder invertir en un proyecto residencial con altos estándares arquitectónicos y con el mobiliario necesario para entrar a vivir. Así, cuando el operador hotelero entra en la ecuación no solo ofrece servicios de primer nivel a los huéspedes que ocupan la vivienda en temporada vacacional, sino también al propietario. Además, la gestión y el mantenimiento del producto son liderados por el operador hotelero, de modo que la inversión inicial se ve compensada por los beneficios.
Con más de 400 asistentes, en su mayoría personas interesadas en invertir en resort y altos ejecutivos del mundo de la hostelería, R&R se consolidó un año más como el escenario perfecto para analizar desafíos y tendencias del mundo del resort.
